Con nueve meses en el cargo el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas se ha ganado fama de autoritario, represor, megalómano, intolerante, revanchista y de recurrir a peores artimañas que su antecesor priísta Mario Marín. Las quejas contra el mandatario -que llegó al poder respaldado por la coalición PAN-PRD-Panal-Convergencia-PT- vienen de comerciantes, empresarios, activistas sociales, campesinos, sindicatos, periodistas, priístas, panistas y militantes de Convergencia y del PRD.