A unas horas de abandonar la gubernatura, el priísta Mario Marín Torres se deslindó de la derrota que sufrió su partido en las elecciones de julio de 2010, al sostener que él no estuvo al frente de la campaña, ya que si lo hubiera hecho, habría derrotado a la Coalición Compromiso por Puebla y a su candidato Rafael Moreno Valle.
"Yo no competí. Cuando yo compito, yo gano, pero no todos son Mario Marín", así responde el mandatario saliente a los señalamientos que lo ubican como responsable de la derrota del PRI en el pasado proceso electoral.
"Las veces que he competido, como presidente municipal, como gobernador, cuando estuve al frente del PRI, gané. Siempre he sido ganador, pero tampoco puedo hacer milagros", agrega.
A unas horas de perder la condición de gobernador del estado, Mario Marín Torres rechaza atribuir a él mismo y al gobierno que encabezó la debacle electoral del tricolor frente a los candidatos de la coalición Compromiso por Puebla, hecho que lo marcará por entregar el estado a la oposición después de ocho décadas de hegemonía priista.
"¡Es otro absurdo!", contesta a la especie que lo pone como sospechoso de un acuerdo previo con el presidente Calderón y algunos otros personajes de la política nacional para dejarse ganar en Puebla. "¿En qué cabeza cabe pensar de esa manera?", remata.
En entrevista exclusiva con EL SOL DE PUEBLA, justo después de realizar una última gira de trabajo por Amozoc, Marín Torres defiende, a "toro pasado", como dice él, las nominaciones de Javier López Zavala y Mario Montero como candidatos de la Alianza Puebla Avanza, afirma que eran las mejores cartas del priismo e insiste en que fueron seleccionados por el PRI, mas no por él.
De Rafael Moreno Valle, gobernador electo, casi no habla. Le reitera sus buenos deseos y niega haberle comprado impunidad. "Pregúntenselo al gobernador que viene, no hay ningún acuerdo, falso (...) nada de eso está pactado", subraya.
"¿Ni con la maestra Elba Esther Gordillo como testigo?", se le pregunta.
"No, no, no...", ataja.