Un grupo de estudiantes de la UAP, liderado por el economista Camilo Estrada Luviano, ha decidido llevar sus principios marxistas-leninistas hasta sus últimas consecuencia en la vida diaria, y por ello viven en comunas donde los hijos son de todos, la comida debe compartirse en raciones iguales, lo mismo que los quehaceres domésticos y los bienes materiales que alguno de sus miembros adquiera, so pena de ser enviados al “bote”, una especie de casa de castigo de la secta.