09/Octubre/2002
Ivonne Caballero

Pese a que en fecha reciente las obras de consolidación de la  iglesia de San Agustín concluyeron y fueron entregadas por el gobierno del estado,  el inmueble del siglo XVII continúa en franco deterioro, principalmente en la parte del convento donde, a raíz de las fuertes lluvias de los últimos días,  uno de los techos de la construcción se derrumbó, sin contar con que en más de dos ocasiones se inundaron  el templo y  la casa en donde viven los religiosos responsables del lugar.

Miguel Ángel Morales, sacerdote agustino encargado de la iglesia desde hace apenas un mes, explicó a e-consulta que la torre aún no ha sido terminada pues carece de pintura y ornamentación. Por otra parte, constantemente enfrenta la ira de los visitantes ya que ignora quién corrió el rumor de  se puede pasar a verla  e incluso entrar a lo que los turistas denominan “mirador”, que no es más que una malla de protección.

Pero las dificultades del cura Morales no  terminan ahí, además de humedades, derrumbes, inundaciones y deterioro del inmueble tiene también que cuidarse de los ladrones que se encuentran al acecho para robar las pocas joyas religiosas que aún le quedan a su templo,  incluso arriesgando su propia vida como lo hizo el 16 de septiembre cuando tuvo que defenderse de un ladrón que intentó asaltarlo en la casa contigua a la iglesia y lo lesionó.

Sin embargo, su mayor  preocupación es no poder pintar ni impermeabilizar la iglesia para protegerla de las inclemencias del tiempo, debido a la falta de recursos, pues el padre Morales sufre –como muchas iglesias- la ausencia de feligreses “en ocasiones hasta con una persona he tenido que oficiar misa porque la gente ya no viene” dice muy afligido y junto a él asienta con la cabeza un anciano sacerdote de 87 años que se encuentra a su cuidado.

¿Y el patronato? “El patronato no funciona, sólo es nombre porque hasta ahora no he visto interés por parte de los que lo integran -encabezados por Roberto Navarro- lo único que  dicen es que cuando les den dinero para arreglar la iglesia comenzarán pero desde hace 12 años es lo mismo: nada, y  se requiere de una fuerte cantidad para comprar impermeabilizante o de lo contrario los arreglos que le hicieron van a durar poco”.

Mientras tanto, las deudas no paran, apenas hace un mes pagó 88 mil pesos de luz de años atrasados “ahora lo próximo es el pago de agua con una suma parecida”. El sacerdote no lo dice abiertamente pero es evidente por los adeudos que el anterior encargado no hizo nada por ponerse al corriente.

Ahora se sabe que con el sismo de junio de 1999, unos 798 inmuebles resultaron dañados en 164 municipios y  San Agustín fue uno de los más perjudicados.

Toda la obra  que se realizó se intervino con recursos del Fondo Nacional contra Desastres Naturales (Fonden) que se otorgó al gobierno del estado vía Conaculta y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El Fonden especificó muy claramente que el recurso sólo contemplaba consolidación y aseguramiento de lo dañado por el temblor, más no la restauración total, indicó Delia Domínguez Cuanalo, secretaria técnica del Comité Técnico Estatal para la Preservación del Patrimonio Histórico quien resaltó que se asignaron  241 millones de pesos para templos, cifra sin precedentes entregada  para apoyar el  patrimonio cultural.

Por lo que se refiere a la consolidación del templo, Domínguez Cuanalo explicó que la obra fue una asignación restringida a empresas con capacidad económica y técnica. Abundó que en los días posteriores al sismo,  66 empresas fueron las que respondieron a estas expectativas y comentó que aunque  ninguna era especializada en reconstrucciones de templos antiguos en  ese momento, al adquirir la responsabilidad, las empresas contrataron en su staff especialistas en restauración y gente calificada para ello. “ahora se puede decir que ya existen constructoras especializadas pero fue un beneficio colateral”.

Comentó que en ella se logró la Integración de técnicas y materiales tradicionales y modernos que se hicieron con supervisión del Instituto Nacional  de Antropología e Historia con el fin de aligerar el peso de dos y medio toneladas que tenía la torre.

En entrevista, dijo que lo que se está humedeciendo no es de la torre, ni las obras que se realizaron, sino otra parte del inmueble que en casi 400 años no ha sido remozado  y comentó que al parecer se  están buscando recursos para hacer mejoras a ese espacio, además de que se cuenta con el Fideicomiso Estatal para la Supervisión y Aplicación de Recursos en Edificios Históricos dañados por los sismos de junio y julio que tiene como objetivo dar pintura e impermeabilizante y se sostiene con recursos estatales y de la sociedad civil.