28/Noviembre/2002
Dulce Liz Moreno

El actual gobierno federal coarta la libertad de los científicos; la pretensión de imponer los temas de investigación para solucionar cuestiones como desnutrición, enfermedades gastrointestinales y parasitosis es incorrecta, pues éstos son problemas de salud pública y se resuelven con inversión productiva en alimentación y drenaje; “si quisiéramos dar solución a las dificultades sociales no estaríamos en el laboratorio; seríamos políticos”.

Con esa denuncia, tras recibir uno de los cuatro Premios Estatales de Ciencia y Tecnología 2002, Enrique Soto Eguíbar exigió a las instancias gubernamentales que financian la investigación en México asumir un papel de socio y no de ignorante director en ese proceso productivo; pues mientras la autoridad no aprenda a confiar en los hombres de ciencia y les dé “libertad de pensar”, habrá un fracaso científico y por ende político.

Ante el gobernador del estado, el secretario de Educación Pública, el rector de la UAP y la presidente del Cecyt, el científico aseguró: “no quiero repetir la cantaleta de que los recursos son escasos ni niego que urge resolver el problema de la pobreza extrema, sino que debemos hacer un esquema para administrar los recursos con criterios de conocimiento de la ciencia”.

Soto Eguíbar, investigador titular del Instituto de Fisiología de la UAP, ganó el premio en Tecnologías y Ciencias Médicas; Ernesto de la Torre Villar se hizo acreedor al galardón en el área de Ciencias Sociales y Humanidades, como profesor e investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México.  Ambos científicos pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

De la Torre Villar aseguró, a su vez, que aumentar los ingresos del estado con una política sana es un pedimento casi imposible de solventar por parte de la administración del presidente Vicente Fox, “y sólo nos queda lamentarnos por esta situación”, pues debería el estado ofrecer recursos a la escuela pública y no a la privada donde los directivos son tacaños con la ciencia.

Entrevistados, coincidieron él y Soto Eguíbar en que el estado debe entregar los recursos y dejar que los científicos los administren.

Arkady Krokhin, nacido en Ucrania, es investigador del Instituto de Física “Luis Rivera Terrazas” de la UAP y recibió el premio en Ciencias Exactas y Naturales, mientras que Néstor Estrella Chulim, profesor investigador del Colegio de Posgraduados, fue galardonado dentro de la especialidad de Tecnologías y Ciencias Agrícolas.

Estrella Chulim insistió, además, en la urgencia de que la sociedad en su conjunto valore la contribución científica, lo cual se logra sólo con la divulgación de los conocimientos, lo cual constituye la cultura de un pueblo y su conciencia; en tanto que la población ignore de ciencia, sólo puede hablar de su propio marasmo, “pero si el vulgo, como lo llaman los franceses, conoce de la ciencia que hay en su país y se apropia de ella, tiene una mejor visión de su mundo y ello repercute en lo que quiere lograr como proyecto personal.

Finalmente, Enrique Soto Eguíbar advirtió que si el gobierno federal sigue negándose a confiar en los hombres de ciencia para que hagan su trabajo con libertad, imponiendo funcionarios que intentan decir cómo y qué estudiar, únicamente logrará reproducir el subdesarrollo.