17/Octubre/2012
Rolando Lino Mina

La infidelidad sexual está experimentando vertiginosos cambios. Sus rápidas transformaciones reflejan la complicada vida de los seres humanos en el Siglo XXI. Hoy existe Facebook; Twitter; mensajes SMS; celulares. Pero sobre todo, hombres y mujeres portando todo ese instrumental; en medio de laberínticas ciudades que facilitan el anonimato. En tal entorno, la infidelidad se convierte en una de las aventuras predilectas.

En esa dirección parece apuntar un estudio elaborado por investigadores de la República Checa, encabezados por el doctor Jan Havlicek. Presentaron conclusiones que bien pueden ofrecernos una de las perspectivas más actuales acerca de este fenómeno. Remarca –por ejemplo- que los motivos de la infidelidad masculina y femenina, son completamente distintos.

Este grupo de investigación de la Universidad Charles de Praga, prometió absoluta secrecía a 86 parejas que se ofrecieron como voluntarias. De esta forma, todos podían confiar a los científicos los secretos más íntimos de su vida sexual; incluyendo por supuesto las historias de infidelidad; y así como los antecedentes familiares en ese tema.

Los hechos mostraron que a hombres y mujeres los movían razones muy distintas, a la hora de tener una aventura. Los hombres son infieles –según el estudio- porque les gusta el sexo y desean tener el mayor número de parejas sexuales posible. La mayoría de los caballeros que incurrieron en infidelidades, decían sentirse a gusto con sus esposas, y con su vida familiar en general.

El escenario de las mujeres se presentó completamente distinto. Ellas revelaron que la insatisfacción –y no necesariamente la sexual- en algún aspecto de sus vidas las había llevado a tener sexo con alguien más. Muchas de ellas admitieron que el motivo principal de estas aventuras, era la posibilidad de hallar un nuevo compañero de vida.

Havlicek explica que una buena parte de las mujeres que recurrieron a la infidelidad; contaron que en algún momento de sus vidas habían estado con alguien que no les agradaba del todo, pero eso era mejor que estar solas. “Siempre se puede echar un vistazo alrededor para buscar otras opciones. Muchas de las mujeres que entrevistamos dijeron que estaban haciendo eso”, remarca el científico.

Para Martie Hasleton, psicóloga evolutiva de la Universidad de California (Los Angeles); la infidelidad se está transformando todavía más para las mujeres que para los hombres. Esto, porque durante mucho tiempo la infidelidad fue más castigada en féminas que en varones. Esa situación no necesariamente ha cambiado; pero como ya se dijo, las condiciones para generar anonimato han mejorado, y esto las favorece principalmente ellas.

Otra notable diferencia entre géneros –siempre según el mencionado trabajo científico- establece que un hombre es más propenso a ser infiel; si su padre también lo fue. En cambio, la postura de ellas ante la infidelidad, no dependía en ningún sentido del comportamiento de la figura materna. De tal manera que –en el caso de los varones- cuando se quiera saber cómo serán cuando vivan en pareja, basta con ver al padre para tener un adelanto del tipo de conducta que asumirá en el tema de la infidelidad.