12/Septiembre/2002
Blanca Patricia Galindo

Una excesiva centralización en la toma de decisiones, incertidumbre jurídica, falta de motivación y evaluación del desempeño selectiva son los principales problemas a que se enfrentan los docentes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), quienes, sin embargo, tampoco muestran compromiso con su desarrollo académico.

 

Una situación similar enfrentan los investigadores, en cuya área se adolece de una política de desarrollo a largo plazo, existen presupuestos desordenados, hay relaciones clientelares entre autoridades y algunos grupos, así como hay discrecionalidad en el otorgamiento de los estímulos.

 

Tal panorama arroja el reporte de sesiones de los Talleres de Planeación Estratégica coordinado por la Comisión Especial “Gran Visión 2020”, en donde se alerta sobre “el envejecimiento y la desmotivación de los investigadores, aunado a la carencia de una política de renovación y atracción de jóvenes investigadores con potencial”.

 

Incluso, se da cuenta de la pérdida de cuadros destacados, debido a que la máxima casa de estudios del estado carece de competitividad en salarios, prestaciones, infraestructura, equipo y esquemas de reconocimiento, entre otros aspectos.

 

Esta información se derivó de la realización de cinco talleres por parte de la Comisión Especial que preside el ex rector Alfonso Vélez Pliego, que fueron Globalización, desarrollo regional y sociedad del conocimiento; Gobierno y Administración universitaria; Extensión universitaria, difusión cultural y otros servicios; Docencia e Investigación y Posgrado.

 

Sobre el rubro de Docencia se expuso que los catedráticos son muy tradicionales en sus actitudes en el aula, tienen esquemas caducos de enseñanza, muestran una actitud autoritaria hacia los alumnos y hay envejecimiento de los métodos de enseñanza.

 

Empero, también se reveló la excesiva centralización en la toma de decisiones a que se enfrentan, la carencia de una definición clara de funciones y que haya funcionarios que no cumplen los perfiles idóneos para asumir sus responsabilidades, así como de la incertidumbre jurídica y de una normatividad “poco clara, parcial e inefectiva”.

 

Aunado a lo anterior, se registra una alta politización dentro de la Universidad, lo que se refleja en: evaluaciones del desempeño selectivas, asignación inequitativa de recursos y gastos no focalizados en áreas prioritarias.