27/Marzo/2006
Javier Puga Martínez

Con la asistencia de unas 8 mil personas, ayer se llevó a cabo la segunda Marcha por la Dignidad en contra del gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, involucrado en un escándalo tras la revelación de grabaciones donde presuntamente pactó con el empresario Kamel Nacif Borge la detención de la escritora Lydia Cacho Ribeiro.

Con pancartas, caricaturas, pegotes y consignas más agresivas que el pasado 26 de febrero, se le reclamó al mandatario la supuesta protección de pederastas por parte de su administración, además de que se le demandó solicitar licencia al cargo y que se le investigue de manera imparcial.

Con un burro —llamado “de Nueva Generación”— adornado con mantas y pegotes exigiendo la renuncia de Mario Marín y al grito de “¡Usted ya no es nuestro gobernante!” y “¡Marín, precioso, eres asqueroso!”, los “marinfóbicos” propusieron que Puebla sea la capital mundial de la lucha contra la pedofília y contra la pornografía infantil. Por ello es necesario y urgente que el mandatario estatal deje inmediatamente el cargo, exigieron.

Varios fueron los que pronosticaron el fracaso total de la segunda marcha. Incluso algunos de los organizadores se mostraban renuentes a su realización. En lo que sí coincidieron todos fue que no tendría el mismo poder de convocatoria, por lo que no esperaban contar con un número semejante a la del pasado 26 de febrero.

Y es que además, el sol de la mañana caía inclemente sobre los primeros asistentes en llegar al lugar de reunión. Incluso, a las once de la mañana —hora citada para que iniciara la movilización ciudadana— en el Gallito del Paseo Bravo sólo se encontraban alrededor de cien personas, lo que parecía confirmar los pronósticos iniciales.

Pero como en la primera Marcha por la Dignidad, conforme fue avanzando el contingente, miles se fueron sumando provenientes de distintas partes de la ciudad y de diferentes sectores de la sociedad poblana.

Chavos banda, empresarios con sus familias, maestros, estudiantes y dirigentes sociales se unieron bajo la consigna del pegote que rezaba: “¿Tú le crees a Marín? Yo tampoco”.

No faltaron los políticos, aunque esta vez, menos que la ocasión anterior. Pero se pudo observar a Rosa María Avilés, Myriam Arabián, Francisco Fraile y Gabriel Hinojosa.

Sin embargo, el grueso de los 8 mil manifestantes fue la clase media poblana; muchos de ellos llegando hasta el Paseo Bravo, o directo al zócalo, en el deficiente transporte público de la ciudad pagado con su propio dinero.

Algunos con las chamarras de sus empresas, se les vio acompañados por su esposa y niños, con todo y carreola adornada con banderitas y propaganda antimarinista, unidos a la misma petición y bajo el mismo grito: “¡Fuera Marín! ¡Fuera Marín! ¡Fuera Marín!”.

El traslado del contingente de “marinfóbicos” del Paseo Bravo al zócalo duró poco más de una hora. Eso bastó para que, cansados, los intelectuales de siempre, los oficiales, los que se dedicaron a dar entrevistas a la televisión nacional en El Gallito, se fueran a apartar su lugar de costumbre en el restaurante Vittorio’s.

Los que decidieron continuar en el mitin, los poblanos convencidos de que Mario Marín Torres debe dejar la gubernatura, se quedaron en la fuente del zócalo. Ahí estuvieron, gritando consignas y levantando pancartas: “¡Marín, entiende, los niños no se venden!”; incluso, niños con su propia cartulina: “¡Marín, multiplícate por cero!”

Esos poblanos, los que fueron sin marcas de partido o sin saber siquiera qué es el Frente Cívico, fueron los que escucharon los 14 discursos de los oradores. De ahí que aplaudieron más en la que quizás haya sido la mejor de las propuestas de la tarde: “Vamos a convertir a Puebla en la capital mundial de la lucha contra la pederastia y contra la pornografía infantil”.

También se quedaron con ganas de escuchar a Martín Barrios. Al luchador social de Tehuacán, que en diciembre pasado fue encarcelado de manera pronta y expedita por el gobierno del estado cuando dueños de maquiladoras de ese municipio lo denunciaron penalmente.

Y es que una de las organizadoras y oradoras, Claudia Islas, impidió que Barrios hablara a los asistentes. El argumento fue que el de Tehuacán no se ha integrado al Frente Cívico y sólo se apareció nada más para tomar el micrófono. Martín Barrios prefirió bajarse del templete y seguir ofreciendo entrevistas a medios locales y nacionales.

Otro de los organizadores, Guillermo Medina, exigía tras bambalinas que Samuel Malpica dejara de hablar. Se indignó profundamente cuando el ex rector de la UAP dijo: “Para que vean que mi lucha es legítima, voy a donar todo mi sueldo y voy a vivir en una vecindad”.

“¿Su lucha?”, se quejó Medina. Por eso, quizá fue oportuna la lluvia que comenzó a caer sobre el centro de la ciudad de Puebla y que en minutos dispersó a los manifestantes, antes que vieran las fuertes diferencias que entre los “marinfóbicos” existen.

<b>Protestan en Huauchinango</b>
Este sábado también se registró una marcha de protesta en contra del gobernador Mario Marín Torres en el municipio de Huauchinango, a la que acudieron habitantes de la cabecera municipal así como militantes del PAN, PRD y Convergencia.

Por parte de Acción Nacional encabezó la movilización el presidente del Comité Municipal, René Acoltzin Muñoz, por la Revolución Democrática asistió el ex síndico Francisco Hernández Cabrera; por Convergencia, Edgar Sánchez Gómez, ex candidato a la presidencia municipal.

A su vez acudió Roberto Maldonado por parte de los trabajadores de Pemex en la región, Guillermo Muñoz, dirigente de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, y Eduardo Fuentes de la Fuente, ex dirigente del PRD. (Con información de Jorge Bermúdez García)