12/Marzo/2006
Juan Pablo Proal

Durante el último lustro, 2 mil 27 soldados adheridos a la XXV Zona Militar, con sede en Puebla, han desertado del Ejército. La cifra equivale al 11 por ciento de los milicianos que en 2005 abandonaron las filas castrenses en todo el país.

La gran mayoría de estos casos forman parte de la gruesa lista de causas penales prescritas y ni siquiera el 2 por ciento han sido sentenciados por el Tribunal Militar.

De acuerdo a un reporte de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), obtenido por medio de la Ley Federal de Acceso a la Información, el mayor índice de deserciones en la XXV zona militar se registró en el año 2000, cuando cerca de 600 soldados abandonaron el Ejército.

En el informe foliado con el número 700076505 se detallan los procesos iniciados por el Tribunal Militar contra soldados o funcionarios del Ejército, así como el tipo de delito cometido en cada uno de los casos. Casi la totalidad de las faltas perpetradas por los soldados corresponden a deserción, aunque también, en menor proporción, existen casos de fraude y extorsión, robo y hasta abuso de confianza.

Tres militares perpetraron el delito de fraude y extorsión en el año 2000, mientras que uno más incluso cometió hurto en ese mismo periodo.

Para el año siguiente, 287 soldados desertaron del Ejército y dos cometieron el delito de deserción y abuso de confianza, según da cuenta el reporte de la Sedena.

En 2003 la cifra de militares que abandonaron el Ejército aumentó a 328. Uno de los delitos correspondientes a este periodo cometidos por los soldados fue daño en propiedad ajena. Un miembro de la milicia fue sentenciado por esta última falta.

La cifra más baja del último lustro se registró en 2004, cuando 198 soldados abandonaron la XXV Zona Militar. Ese mismo año en México se registraron 16 mil 728 soldados desertores, de un total de 18 mil 267 militares que abandonaron al Ejército, como reportó en enero pasado el secretario de la Defensa, Clemente Vega García, y que fuera publicado por Notimex.

Ya en 2005 regresó la tendencia a la alza. Casi 450 militares dejaron el ejército en Puebla, mientras que a nivel nacional la cifra rebasó los 17 mil soldados.

A principios de año el Ejército Mexicano reviró al periódico <i>The Dallas Morning News</i>, que había publicado que los desertores de la milicia estaban adhiriéndose al crimen organizado.

En diciembre de 2005, fuentes de inteligencia estadounidenses advirtieron que los cárteles del narcotráfico se están valiendo de los desertores del Ejército para fines de logística y operación, según informó la prensa norteamericana.

Raymundo Riva Palacio, autor de la columna Estrictamente Personal, también adelantó que el propio FBI filtró un video de la tortura de cuatro miembros de la banda de los Zetas debido a la adhesión de 40 desertores del Ejército a los cárteles del narcotráfico.

Así reportó el 7 de diciembre de 2005 en el periódico <i>El Universal</i>:

“En unos cuantos días, el video que plantó el FBI —no la DEA como incorrectamente se escribió en este espacio— como protesta porque el gobierno foxista hizo caso omiso a un ultimátum para que detuvieran a 40 desertores del Ejército mexicano que se habían ido a trabajar con el narco, hizo estallar una guerra interna en los cuerpos de seguridad que no se sabe, por ningún lado, en dónde va a parar o cuántos funcionarios pueden caer como resultado no del incidente, sino por la forma como están procesando el mazazo que les plantaron desde Washington. Todo depende si se revela la verdadera historia detrás del video, que se construye con varios componentes”.

El informe brindado por la Sedena no incluye ningún reporte de las actividades ejercidas por los militares una vez que abandonan el Ejército. La mayoría de las causas que se le siguen a los desertores han preescrito.

Tan sólo en el año 2000 prescribieron 405 causas, y dos años después, 211.

El número de casos sentenciados también es ínfimo. En 2000 fueron apenas una decena; el año siguiente, ocho, y para 2002, seis. El año pasado se registró el índice más bajo en la XXV Zona Militar, con sólo un sentenciado por el Tribunal Militar.