El senador Manuel Bartlett Díaz advirtió aquí que Roberto Madrazo Pintado sería el peor candidato de su partido en la contienda por la presidencia de la República en el 2006, pues no sólo es un político antidemocrático, sino que está en contra de los principios esenciales del nacionalismo mexicano.
Madrazo Pintado, sentenció, no forma parte de los reformistas estructurales que anhela el país y prueba de ello es su incipiente mención sobre el artículo 27 de la Constitución Mexicana, que calificó como “incoloro” e “insaboro”.
Por ello, el actual presidente del CEN del PRI “tiene que abrirse” y dejar de vetar un proceso abierto y democrático.
“Roberto Madrazo es antidemocrático y ha puesto al servicio de sus intereses la dirigencia nacional del partido (…) o que esperaban que pusiera a un jacksonista (…) a los dirigentes los nombra Madrazo y por eso les digo que no es democrático”.
Sobre la posición del gobernador Mario Marín Torres de mantenerse “neutral” ante el proceso interno del tricolor, Manuel Bartlett dijo que “Mario Marín Torres tiene todo mi respeto (…) yo respaldaré su decisión sea cual sea, aunque si Mario Marín dice que es neutral, me parece muy bien y yo lo apoyo”.
No obstante dejó en claro que el PRI necesita volver a las bases en aras de consolidar un adecuado proceso interno para elegir al candidato presidencial idóneo que responda a los intereses de la mayoría porque Madrazo “tiene el control del partido pero no tiene el apoyo de todos los priistas”.
Lo anterior fue expuesto por el senador Manuel Bartlett en el marco de la presentación de su libro “Las reformas a la constitución de 1917”, en donde a modo de defensa realizó una apología del nacionalismo revolucionario, a través del compendio de 2 mil 777 páginas divididas en tres tomos.
Para la elaboración de este documento —explicó el ex gobernador de Puebla— tomó como punto de partida la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, dada en Querétaro por el Congreso Constituyente, vigente desde el 5 de febrero de 1917 y reformada en múltiples ocasiones hasta llegar a la última el 14 de agosto de 2001.
En la compilación retomó como aristas las reformas y debates aplicados a los artículos 27 y 73 constitucionales, sobre el manejo y explotación de los recursos naturales, así como del federalismo fiscal mexicano.
Esto le mereció el elogio del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Guillermo Pacheco Pulido quien aseguró que este documento bien podría sentar las bases para la reforma del Estado mexicano dada su “idoneidad” y “veracidad”.
La presentación del libro fue aprovechada por el senador Manuel Bartlett para apuntalar su postura acerca de no permitir la intervención extranjera en el manejo y explotación de los recursos naturales y para condenar los que llamó “gobiernos neoliberalistas”.
Además, trajo a colación la controversia constitucional originada a raíz del veto del presupuesto que aprobó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de la cual, dijo, el presidente violó la Constitución Mexicana, desde el punto de vista en que el término “veto” no lo refiere la Carta Magna.
“El veto no está en la constitución (…) no tiene derecho constitucional el presidente (…) se lo acaban de inventar 6 ministros contra 5 (…) se tiene que llegar a un equilibrio en este nuevo México en donde el presidente ya no es hegemónico y ningún partido tendrá mayorías fácilmente en las cámaras”.