27/Enero/2005
Rodolfo Ruiz R.

El gobernador Melquiades Morales Flores afirmó que la administración estatal entrante no sólo recibirá finanzas sanas -sin deuda directa-, sino 100 millones de pesos en caja y otros mil millones de pesos de las partidas correspondientes al Fondo de Infraestructura y del Programa de Entidades Federativas. 

En reunión con directivos de medios de comunicación en Casa Puebla, el gobernador dijo que sí existe una deuda contingente o indirecta por 2 mil 583 millones de pesos del Soapap, Carreteras de Cuota y el Instituto para la Modernización del Transporte, pero que es totalmente manejable y que puede ser cubierta sin dificultad por los organismos que la contrataron. 

Durante la comida, en la cual el Ejecutivo estuvo acompañado por los titulares de la Secretaría de Finanzas, Soapap, Carreteras de Cuota, y del Instituto para la Modernización del Transporte, se ofreció una explicación de cada unos de los préstamos contratados -con Banobras y la banca comercial- y de los mecanismos que cada organismo tiene para pagarlos en plazos que van de 3 a 15 años. 

El secretario de Finanzas, Francisco Bárcena Compeán, explicó que el gobierno del estado no tiene deudas, aunque admitió que funge como aval de los créditos por mil 580 millones del Soapap y de 528 millones de Carreteras de Cuota, y aseguró que desde el año 2001 la administración estatal no es aval de ningún municipio. 

Francisco Castillo Montemayor, director general del Soapap, aseguró que la deuda del organismo es la misma que tenía en 1999, sólo que ésta se redocumentó y se renegoció a plazos más largos y tasas de interés más bajas, de suerte que los pasivos por mil 580 millones pueden liquidarse, una parte en la administración entrante, y la otra hasta el sexenio siguiente. 

Sin embargo, explicó que la deuda contingente no debe verse con preocupación, pues sólo las plantas de tratamiento, que en la renegociación pasaron a formar parte del patrimonio del Soapap, valen mil 342 millones de pesos. 

En su turno, Víctor Gabriel Chedraui, director de Carreteras de Cuota, aseguro que con las cuotas que se cobren en las autopistas Puebla-Teziutlán y Puebla-Huachinango podrán liquidarse los créditos del organismo con Banobras por más de 500 millones de pesos, que se invirtieron en la terminación de ambas autopistas. 

El funcionario informó que actualmente los ingresos mensuales de la Puebla-Atlixco ascienden a 10 millones de pesos y los de Puebla-Teziutlán a 3 millones, y que espera que los ingresos de la Puebla-Huachinango, una vez que la obra quede totalmente terminada, también lleguen a los 3 millones de pesos mensuales. 

Miguel Quiroz Corte, del Instituto para la Modernización del Transporte, aseguró que la deuda de este organismo con Banobras asciende hoy a 110 millones de pesos, producto de varios créditos que se otorgaron entre 300 y 500 mil pesos para la renovación de las unidades del transporte público de pasajeros. 

Sin embargo afirmó esta deuda está plenamente garantizada con las concesiones o las unidades. 

Melquiades Morales dijo que la Federación y el gobierno de Tlaxcala no actuaron con la correspondencia que él hubiera deseado en la construcción de las autopistas contempladas dentro del Programa Gran Visión, que incluso fue visto con cierto recelo por las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pues el estado absorbió el 70% de los costos y el gobierno federal sólo el 30%. Dijo que ésta última tampoco pudo inaugurarse, pues un tramo de 7 kilómetros a cargo del gobierno saliente de Tlaxcala quedó sin terminar. 

En el caso de la autopista Puebla-Teziutlán, Melquiades Morales puntualizó que la aportación del estado fue del 80%.