26/Febrero/2006
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Paulina Hernández Martínez, Martín Barrios Hernández y María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, fueron los oradores en el mitin que sucedió a la Marcha por la Dignidad Ciudadana que se realizó este domingo en el zócalo del centro histórico de la capital para solicitar la salida del cargo del gobernador Mario Marín y la procuradora Blanca Laura Villeda.

A continuación la trascripción de sus intervenciones —según el orden de aparición— así como el comunicado de Lydia Cacho Ribeiro que fue leído al final del evento:

Paulina Martínez Hernández, integrante del Tercer Parlamento de las Niñas y Niños por México, nombrada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como promotora infantil de los Derechos Humanos.

Buenos días:

Mi nombre es Paulina y tengo 12 años. Vengo el día de hoy orgullosamente representando las voces de las niñas y los niños de Puebla unidos en esta marcha por la Paz, la Justicia y el respeto a nuestros Derechos.

Como todas las niñas y los niños tengo el sueño de vivir y crecer sana y fuerte, con paz y seguridad para nosotros y nuestras familias.

Pero además, hoy como nunca, las niñas y los niños tomamos conciencia de nuestra responsabilidad en el futuro de nuestra ciudad, de nuestro país y del mundo en que vivimos. Por eso tengo un sueño, el de crecer y estudiar para trabajar en defensa de los que menos tienen, proteger a las niñas y a los niños de abusos, golpes, maltratos, y de luchar por la justicia y la igualdad de todos los que conformamos esta sociedad.

Cada día me convenzo de que los adultos deberían de aprender mucho de nosotros, los niños y las niñas. Nosotros sabemos que mentir está mal, que robar, matar, y abusar del más débil está mal y no hay términos medios. Sabemos que existen reglas que nuestros padres nos han enseñado desde pequeños, y que esas reglas se deben de respetar y que si no se respetan habrá un castigo.

Hoy vengo aquí acompañada de mi familia y amigos, porque yo al igual que ellos y todos los que nos encontramos aquí presentes estamos molestos y enojados con quien prometió cuidarnos y garantizar ante todo la democracia y la justicia en nuestro estado… y nos falló.

Somos niñas y niños del nuevo siglo, sabemos y entendemos lo que los términos justicia, equidad, igualdad y abuso de poder significan. También vemos la televisión y escuchamos las noticias y no podemos quedarnos callados cuando se agreden los derechos de una periodista por escribir el nombre de personas que se aprovechan de la inocencia de los niños, niños como yo, como muchos de los que estamos aquí.

Toda acción tiene una consecuencia. Por eso pedimos, no, exigimos, que se investiguen las grabaciones y que el Lic. Mario Marín enfrente la situación, reconozca y afrente las consecuencias de sus acciones y no permitamos que nadie que abuse de su poder nos gobierne.

¿Alguno de ustedes ha visto lo que sucede cuando aventamos una piedra a un lago? Esta forma un pequeño círculo y luego otro alrededor del primero, y otro y otro de tal manera que si aventamos la piedra con suficiente fuerza podemos llenar el lago de círculos.

Yo los invito a que seamos esa piedra que se avienta al gran lago que es nuestra patria. Que mostremos, enseñemos y exijamos respeto a nuestros derechos y a los de todos los que formamos esta sociedad.

Porque lo que México necesita son hombre y mujeres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de su ser, hombres y mujeres que no teman llamar a las cosas por su nombre, hombres y mujeres que no se vendan, que no se compren, que se mantengan siempre a favor de la justicia aún cuando los cielos se desplomen.

Nosotras las niñas y los niños les pedimos que continúen protegiéndonos de los abusos, la violencia y la injusticia y que no se den por vencidos. Recuerden, hay personas que luchan un día y son buenos, hay personas que luchan un año y son mejores, hay personas que luchan muchos años y son muy buenas, pero hay personas que luchan toda la vida y esas, ésas son las que marcan la diferencia.

Muchas gracias.

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Martín Barrios Hernández, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán y consejero distrital del IFE.

Hay que darle las gracias a Mario Marín Torres que logró convocarnos hoy para pedir lo que se ha exigido desde que salieron esas grabaciones espantosas: significan que se vaya.

Aquí nadie está acarreado, venimos libremente, nadie nos amenazó con decirnos que nos iban a correr o descontar un día de salario.

¿Queremos que Mario Marín se vaya?

¡Sí!, ¡fuera!

Estamos acá porque pedimos su renuncia, creemos que no basta con la renuncia de Blanca Laura y de Guillermo Pacheco, él tiene que irse de acá, hay un repudio en todo el estado, de juntas auxiliares, de la Mixteca, de la Sierra Norte, de Tehuacán, todos estamos avergonzados de tener a un gobernador como lo tenemos.

El primero en violentar el estado de derecho, que ha hecho letra muerta de la constitución, los juzgados como un instrumento de venganza.

Quiero aclarar, quiero denunciar, así como a Lydia Cacho me pasó a mí, me metieron a la cárcel por los caprichos de gente como Kamel, empresarios compadres de Mario Marín Torres, el enemigo público de los poblanos es Mario Marín.

Yo estuve en la cárcel por los caprichos de gente como Kamel Nacif, empresarios de ese tipo, no digo que todos los empresarios son como él, hay empresarios que cumplen las leyes, pero hay empresarios deshonestos que son los compadres de Marín que me metieron a la cárcel, a pesar de las pruebas que yo presenté.

Ahí están las grabaciones que demuestran que no se respeta el Estado de Derecho, yo hago responsable al gobierno del estado y a todos los empresarios de maquila que firmaron el desplegados dándole las gracias a Mario Marín por haberme metido a la cárcel de San Miguel. El enemigo público número uno de los poblanos y las poblanas es Mario Marín. Queremos que se vaya.

Creo que mi palabra es la palabra de todos y tenemos un sentido conjunto, queremos que se vaya Mario Marín.

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Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, académica de la Universidad Iberoamericana, plantel golfo-centro.

Buenas tardes a todas y a todos:

Nos hemos reunido este día porque nos duele hondamente lo que está pasando en nuestro Estado de Puebla, y que representa lo que ocurre en otras partes del país.

Estamos reunidos para manifestar, en primer lugar, que la presunta complicidad del gobierno del estado, con lo más oscuro del negocio del crimen, la prostitución de menores, nos ha causado profunda indignación.

No se trata solamente de una colusión del poder político con el económico, hecho que está siempre presente y que no debemos de cejar en denunciar, se trata de la posible complicidad en ámbitos que degradan de manera abominable a la sociedad y a sus instituciones.

Hemos venido esta mañana, también, a denunciar la posible confabulación del poder ejecutivo y el poder judicial, en un intercambio de favores con un tipo de empresariado que se sustenta en las redes de la pederastia y en la explotación despiadada de los trabajadores de las maquiladoras. Esta probable confabulación está llevando a la brutal agresión de los y las periodistas, y el caso de la detención de Lydia Cacho es verdaderamente escandaloso. Está llevando a la agresión de los defensores de los derechos humanos, y el caso de Martín Barrios, de la Comisión de Derechos Humanos y laborales del Valle de Tehuacán, cuya cabeza ya tiene precio, es una evidencia más. Estos hechos y sobre todo el trasfondo que los sustenta están destruyendo los de por sí restringidos espacios de libertad de expresión y de protección ciudadana en el estado de Puebla. Queremos Construir un país justo, sin violencia, y lo que se está generando desde el poder es rabia y miedo.

Enfrentamos un problema de ética social de suma gravedad que consideramos debe ser denunciado firmemente por toda persona que considere que la dignidad humana es el centro del Estado de Derecho. Y porque creemos y queremos que la dignidad humana se el eje del Estado de Derecho, estamos aquí hoy, como ciudadanos y ciudadanas comprometidos.

Exigimos a las Instituciones Republicanas de nuestro Estado y de la Nación que asuman las responsabilidades que el Pueblo de México y los ciudadanos del Estado de Puebla les hemos encomendado. Hemos sido nosotros y nosotras, quienes les hemos prestado una parte de nuestro poder para gobernar, y somos nosotras y nosotros quienes, con nuestros impuestos, sostenemos el funcionamiento de dichas instituciones. Por lo mismo, somos nosotros quienes exigimos que asuman las responsabilidades a las que se han comprometido, y que procedan con seriedad a las investigaciones pertinentes. Ya no estamos dispuestos a aceptar que se nos mienta, ya no estamos dispuestos a aceptar el discurso de que “se investigará hasta sus últimas consecuencias”, para que después no ocurra nada.

Por esa razón, para facilitar esas investigaciones, para recuperar o construir la credibilidad de la ciudadanía en la institucionalidad y en la legalidad, consideramos indispensable que el Señor Gobernador Mario Marín Torres y la Señora Procuradora de Justicia Blanca Laura Villeda Martínez se separen de sus cargos.

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Comunicado de Lydia Cacho Ribeiro, leído al final de la Marcha por la Dignidad, realizada este domingo 26 de febrero en la ciudad de Puebla.

Querida Puebla:

Mi nombre es Lydia Cacho, en espíritu estoy aquí, en esta marcha pacífica por la dignidad, entre hombres y mujeres poblanas que aún tienen esperanza de un México en que la justicia no sea un milagro para unos cuantos… sino un derecho para toda la gente.

Estoy segura de que el gobernador Mario Marín llegó al poder con un gran apoyo de la población de la población votante. Que en su campaña prometió justicia y equidad.

Supongo que Mario Marín es un buen hijo es un buen hijo y ha sido una buena persona en general.

Estoy segura de que ha tenido aciertos a lo largo de los 25 años de su carrera política.

Pero también estoy segura de que abusando del poder que le confirió el pueblo. Puso al aparato del estado en manos de un defensor del crimen organizado, violentó el estado de derecho, y sin medir las consecuencias, puso en peligro mi vida para proteger a un pederasta confeso.

Puso en peligro la integridad de las niñas y los niños víctimas de pornografía infantil, del caso Succar.

Si la crueldad y el cinismo exhibidos de propia voz por Marín ante toda la nación, quedan impunes, si esta infamia queda sin castigo, si toda esta repulsa sirve para nada, habremos perdido toda esperanza en alcanzar la democracia.

En mi caso hay pruebas, pero ¿a cuántos hombres y mujeres poblanos habrá hecho lo mismo? Sólo sus víctimas lo saben.

Desde esta ciudad, donde se concibió el cohecho, la coalición de servidores públicos, el tráfico de influencias, la tentativa de violación y la tortura, le pido a la Suprema Corte de Justicia que retire el fuero a Mario Marín, para que enfrente las consecuencias de haber traicionado la confianza de la ciudadanía poblana, violentando el estado de derecho, y protegiendo al crimen organizado.

Que se cumplan los artículos 103 y 107 ¡Que se respete la Constitución Mexicana!

Lydia Cacho Ribeiro
Cancún, Quintana Roo, 26 de febrero 2006.