21/Febrero/2006
Blanca Patricia Galindo

Nativitas Cuautempan, Pue.- Justo a las tres de la tarde, cuando los rayos del sol caen a plomo, arriban los restos mortales de doña Blandina Torres, madre del gobernador Mario Marín Torres.

Solo, enfundado en ropa negra y con una expresión de aparente tranquilidad, el mandatario se acerca a la carroza fúnebre, donde ya están su padre, Crescencio, y su hermana Julieta.

Juntos, ayudan a bajar el féretro y otros más se acercan para llevarlo a la vivienda que se ubica en la calle que desemboca en la iglesia del lugar.

Y detrás, el pueblo. Los habitantes de Nativitas Cuautempan, de esta comunidad tan pobre, pobrísima, que tiene la mayoría de sus calles de terracería y que ni siquiera cuenta con una caseta telefónica.

De esta comunidad enclavada en la mixteca poblana que de pronto ve rota su tranquilidad con el arribo de decenas de automóviles, de lujosas camionetas, de un helicóptero que aterriza apenas a unos cuantos kilómetros de distancia.

Uno a uno, los habitantes de este lugar pasan a dar su pésame a la familia Marín Torres. Uno a uno, pasa después a ocupar un lugar en las largas mesas instaladas en la calle para ofrecerles comida. La tradición no se olvida.

En contraste con los grandes vehículos, en las polvorientas calles y en el camino a Nativitas se pueden ver camionetas de procedencia extranjera y vehículos compactos que lucen grandes pegotes de “Mario Marín, estamos contigo”.

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Blandina Torres falleció este martes al filo de las 6:00 horas. Padecía cáncer pulmonar y desde fines del 2005 su estado de salud era delicado.

A decir del vocero del gobierno del estado, la madre del mandatario no fue informada de los conflictos que él enfrenta por las grabaciones de una llamada telefónica sostenida con el empresario Kamel Nacif para detener a la escritora María Lydia Cacho Ribeiro.

A la señora Blandina Torres le sobreviven sus once hijos y su esposo Crescencio, a quien ayer los habitantes del lugar se acercaban a darle el pésame.

Por la mañana, los restos mortales de la madre del gobernador poblano fueron llevados a la funeraria Valle de los Ángeles, hasta donde llegaron políticos y empresarios para ofrecer sus condolencias.

Pero nada. El gobernador no llegó al lugar. Sólo sus hermanos, quienes partieron del lugar al filo de las 13:00 horas, con destino a Nativitas Cuautempan.

Ya en este lugar, uno de los primeros en llegar a dar su pésame a Marín Torres fue el presidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero. Después, lo hicieron poco a poco funcionarios del gabinete estatal y miembros del Partido Revolucionario Institucional.